Nada más cierto que el “peer aproval”. A mí, en mis años mozos, una zorra me tuvo como un perrito faldero sólo porque sus amigas querían refocilar conmigo, cuando inicialmente ella resistió todos mis ataques. Pero oye, fue decirle sus amigas que yo estaba bueno y yo empezar a pasar de ella y se lanzó a degí¼ello. Juntando eso con que yo era imbécil perdido y volví a hacerle caso, pues casi 6 meses perdidos en los que me cerré otras puertas.
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